La salmonella es una bacteria que se encuentra en el intestino de los animales y puede infectar a las personas que ingieren alimentos o agua contaminados con esta bacteria. Los huevos son una fuente común de salmonella, y las personas pueden contraer esta bacteria si ingieren huevos crudos o poco cocidos. La salmonella también puede estar presente en la yema o el clara del huevo, por lo que es importante cocinar los huevos completamente para eliminar la bacteria.
La salmonella se encuentra en la cáscara de los huevos y en la yema.
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¿Cómo se puede saber si un huevo tiene Salmonella? – Síntomas y tratamiento
Los huevos que contienen Salmonella son una fuente común de enfermedades transmitidas por los alimentos. La bacteria Salmonella se puede encontrar en la cáscara de los huevos o en el interior de un huevo si está estropeado. Los huevos que no tienen la cáscara intacta o que están cocidos débilmente pueden ser más propensos a causar enfermedades.
Los síntomas de una infección por Salmonella generalmente aparecen uno a cuatro días después de haber comido un huevo contaminado. Los síntomas pueden incluir diarrea, fiebre, escalofríos, dolor de estómago, náuseas y vómitos. La mayoría de las personas se recuperan sin tratamiento, pero algunas personas pueden necesitar antibióticos.
Si tiene síntomas de una infección por Salmonella, consulte a su médico.
¿Cómo lavar los huevos para evitar Salmonella?
¿Cómo lavar los huevos para evitar Salmonella?
Lavar los huevos antes de su uso ayuda a eliminar la Salmonella, una bacteria que puede causar enfermedades graves. Aunque la mayoría de los huevos en los Estados Unidos son seguros, es importante tomar ciertas precauciones para evitar la contaminación. Siga estos pasos para lavar los huevos de manera segura:
1. Lave las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos antes de manipular los huevos.
2. Coloque los huevos en un recipiente limpio y esterilizado.
3. Lave los huevos con agua tibia y jabón.
4. Use un cepillo de huevos para eliminar cualquier suciedad o bacteria.
5. Enjuague los huevos con agua limpia.
6. Séquelos con un paño limpio o una toalla de papel.
7. Guarde los huevos en un recipiente limpio y refrigerado.
8. Lávelos nuevamente con agua y jabón antes de su uso.
La salmonella se encuentra en la yema y la clara del huevo, así como en la cáscara.
La salmonella se encuentra en el intestino de los animales y se puede transmitir a los huevos si las gallinas están en contacto con excrementos contaminados. La bacteria también puede estar presente en el ambiente en el que se encuentran las gallinas.